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EL ENCIERRO (Corralillos - Pza. Toros / Corralillos)
8 DE LA MAÑANA. 6 toros. 848,6 METROS. El encierro es una carrera rápida, violenta y tensa. En tán solo unos minutos, mozos y toros se enfrentan en una lucha para llegar a la plaza de toros. Ellos son los protagonistas pero pastores, carpinteros, policías y servicios de emergencia hacen que el encierro, cada año más multitudinario, transcurra sin problemas.
Si algo simboliza las fiestas de San Fermín es el encierro. Básicamente consiste en correr delante de los toros un tramo de calle convenientemente vallado.
El encierro tiene como fin trasladar a los astados desde los corrales de Santo Domingo hasta los de la Plaza de Toros, donde serán lidiados por la tarde.
En total, corren seis toros bravos y dos grupos de cabestros que los guían. La segunda manada hace la carrera unos minutos más tarde para recoger a los toros que pudiesen quedar rezagados. El trayecto transcurre por diferentes calles del Casco Antiguo de la ciudad y mide 848,6 m.
En su origen (S. XIV), el encierro no formó parte del calendario festivo, sino que surgió de la necesidad de trasladar los toros desde extramuros de la ciudad hasta la plaza, para que pudieran ser toreados en la corrida de la tarde. La costumbre de los mozos de saltar al recorrido terminó por convertirse con el tiempo en el acto más importante de las fiestas de San Fermín.
El encierro se celebra a las 8:00 horas todas las mañanas del 7 al 14 de julio.
Para poder correr hay que situarse en el recorrido antes de las 07:30 horas, entre la cuesta de Santo Domingo y la Plaza del Ayuntamiento. Antes de que empiece el encierro la costumbre manda que los corredores, periódico en mano, pidan a San Fermín su protección. Lo hacen 3 veces ante la hornacina, adornada con un panel que porta los pañuelos de las peñas, situada en la cuesta de Santo Domingo.
EL ENCIERRILLO
El encierrillo es el traslado de víspera (en torno a las diez de la noche), de los seis toros de la corrida, desde los corrales del gas hasta los de Santo Domingo, de donde empezará el encierro al día siguiente. Se hace sin corredores y para verlo hace falta un pase que se puede conseguir unos días antes en la oficina del Área de Cultura del Ayuntamiento.
El encierrillo tiene unos 440 metros de recorrido. Minutos antes de empezar, un grupo de policías municipales despejan el recorrido y el mayoral distribuye a los pastores. Un toque de cornetín anuncia que el corral de llegada (Santo Domingo) está libre. Un guardia en el puente de la Rochapea, al oírlo, da un segundo toque: la subida a los corrales está también despejada. Entonces sale la manada con los pastores detrás.
El espectáculo se contempla en silencio, lo que choca con los encierros de la mañana. Está prohibido utilizar flash para no distraer a los animales. Si no has estado nunca en San Fermín, es posible que todo el asunto te deje un poco frío. Para los de aquí la cosa tiene cierta mística, seguramente por el silencio y la luz de la luna.
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